LA DICTADURA DEL CAPITAL LANZA TODA SU FURIA CONTRA LA CLASE OBRERA, EN EL INTENTO DE REMONTAR SU CRISIS
El 9º Congreso preparará al Partido para mejorar su capacidad, e intensificar la lucha y la movilización de la clase obrera contra el capital
Los próximos días 4, 5 y 6 de diciembre el PCPE celebra su 9º Congreso en un escenario político convulso, determinado por la intensidad y el desarrollo de la crisis capitalista, que está teniendo importantes consecuencias en todos los órdenes.
En el plano internacional el pueblo trabajador irlandés es, por ahora, la última víctima del imperialismo. De la mano del llamado “rescate” de Irlanda, la UE y el FMI le han impuesto a ese pueblo las políticas que los monopolios necesitan para tratar de recomponer el ciclo de reproducción ampliada del capital y recuperar la tasa de beneficios. Esas mismas políticas, reaccionarias y antipopulares, están presentes en las agendas de todos los gobiernos de la UE y, -con la intervención más o menos descarada de la UE-, están siendo impuestas a nuestros pueblos con mano de hierro.
Los centros imperialistas preparan nuevas guerras. La búsqueda de salidas, a las crisis capitalistas, ha implicado siempre, de una u otra manera, el recurso a la guerra. Hoy, el imperialismo estadounidense apunta a la República Popular Democrática de Corea, a cuya clase obrera, gobierno y Partido dirigente manifestamos nuestra más profunda solidaridad antiimperialista frente a los planes agresivos del imperialismo y el gobierno títere de Seúl.
El imperialismo, en su fase senil, está afectado por un proceso general de descomposición y tendencia a la reacción, que afecta a todos los órdenes del sistema y le vuelve más agresivo y peligroso si cabe. Las últimas filtraciones sobre las políticas criminales aplicadas por el Gobierno de EEUU, a las que no es ajeno ningún gobierno capitalista, dan buena cuenta de ello.
En el plano estatal se intensifica el sufrimiento de los trabajadores y trabajadoras y de amplios sectores sociales, no hay brotes verdes. Lejos de resolverse, la crisis del capitalismo español se alarga y se profundiza. No hay en el horizonte ninguna perspectiva esperanzadora. Vuelve a presionar sobre la situación de la economía del país la insolvencia bancaria, y la inutilidad de las medidas del gobierno para recomponer la situación de este maltrecho capitalismo.
En el futuro inmediato se expresará de una manera más clara y contundente la auténtica dimensión de la crisis estructural del sistema. El capitalismo no irá a mejor en el próximo futuro.
El gobierno se reúne con la oligarquía, y la conclusión de esa reunión la asumen disciplinadamente Zapatero y sus ministros, preparando ya nuevas medidas contra la clase obrera. Estamos ante un gobierno títere de los monopolios, y cómplice de las políticas internacionales más criminales, como hemos comprobado recientemente en el Sáhara ocupado.
Los trabajadores y las trabajadoras no pueden confiar ni en el Gobierno del PSOE, ni en la supuesta alternativa que representan el PP y las derechas nacionalistas; pues todos sirven al mismo amo. Tampoco el reformismo de izquierdas es una alternativa al actual estado de cosas.
La propia lógica del sistema imposibilita tomar una sola medida que haga pagar algo de la crisis a las clases dominantes; el cien por cien de las medidas, puestas en práctica, carga sobre las espaldas de la clase obrera el peso de la crisis. La rapiña sobre los menguados ingresos del pueblo trabajador es la única vía puesta en práctica para tratar de remontar la crisis del capitalismo español. La situación de empobrecimiento, y esclavización en las relaciones laborales, está sometiendo a millones de hombres y mujeres -que entregan su vida entera al servicio del capital-, a un grave y profundo deterioro de sus condiciones de vida. Más de dos millones de niños en riesgo de pobreza son expresión de esa situación.
Los resultados de las elecciones catalanas -con un fuerte incremento del voto de las opciones de la derecha-, expresan el profundo desarme ideológico de la base obrera y popular, que está permitiendo este brutal ataque a los derechos del pueblo trabajador.
Pero, incluso con esta ventaja, el capitalismo no se enfrenta a un problema que pueda ser solucionado con un cambio en su gestión, se enfrenta a una crisis estructural de grandes dimensiones que sólo puede tratar de resolver incrementando la explotación de la clase obrera, destruyendo fuerzas productivas, aumentando la violencia y desatando la guerra. Las mayorías trabajadoras y populares debemos oponernos a ello, desde la más amplia unidad y la más firma voluntad de lucha, para derrotar las políticas capitalistas e impulsar un proceso de superación de este sistema criminal, haciendo de la lucha por el socialismo bandera imprescindible de todas las luchas del pueblo y de la clase.
Trabajadores, trabajadoras, jóvenes, estudiantes, el Comité Ejecutivo del PCPE llama al pueblo trabajador, y a la cabeza del mismo a todas las organizaciones del Partido:
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Comité Ejecutivo del PCPE.
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