13 de mayo 2008. - La ONU reclama una investigación para esclarecer las circunstancias en las que el ejército israelí mató a una maestra palestina al reventar con explosivos la puerta de su casa en presencia de sus tres niños.
Wafer Shaker al Daghma, de 34 años de edad y maestra en una escuela de primaria de la agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA), falleció el pasado miércoles cuando se disponía a abrir la puerta de madera de su casa a los soldados israelíes. Según fuentes de la UNRWA y familiares que hallaron su cadáver, los soldados israelíes colocaron en la puerta un artefacto explosivo que arrancó la mayor parte de la cabeza de Wafer. A continuación, los soldados israelíes encerraron durante cinco horas a los traumatizados niños —de edades comprendidas entre los 2 y 13 años— en una habitación tras cuya puerta yacía el cadáver de su madre.
Aunque a eso de las 9 p.m. los soldados israelíes acabaron por abandonar la casa, sumida en la oscuridad a causa del toque de queda, Samira, la hija de 13 años de la difunta señora al Daghma, siguió sin salir al exterior durante dos horas más, atenazada por el terror que le provocaba la continua presencia de vehículos acorazados israelíes en el exterior de su casa.
Unos azulejos de una pileta situada frente a la puerta de la casa seguían ayer profusamente manchados de sangre. Una pila de tablas de madera astilladas procedentes de la puerta destruida permanecía sobre el suelo en el que había yacido el cadáver de la señora al Daghma, que los soldados israelíes cubrieron con una alfombra antes de continuar con su operativo militar.
Chris Gunness, portavoz de la UNRWA, declaró que el ejército israelí estaba utilizando la casa como un puesto de observación de “supuestos militantes”. "Los niños oyeron muchos disparos pero ignoran de dónde procedían", explicó. Dijo que la UNRWA había solicitado por escrito a Israel “una investigación imparcial para el esclarecimiento de responsabilidades y para que los hechos hablen por sí mismos”, añadiendo que "De nuevo condenamos el asesinato de civiles inocentes".
El viudo de la señora al Daghma, Majdi, de 34 años de edad, que se encontraba fuera de casa en aquel momento, contó que su hija le había dicho que su madre, consciente de que los soldados israelíes estaban llevando a cabo una operación de búsqueda y captura en las inmediaciones, se había cubierto la cabeza con un pañuelo y les había dicho a los niños que se retiraran a un dormitorio y que abriría la puerta en cuanto los soldados israelíes llegaran.
Un tanque israelí estaba aparcado en la parte exterior del portón de metal, a la sazón abierto, y fue entonces cuando los israelíes reventaron la puerta delantera de madera con una carga explosiva.
"Samira oyó una tremenda explosión y se levantó una gran humareda. Trató de encontrar a su mamá pero no podía verla," dijo.
Samira al Daghma declaró ayer que tras entrar en su casa los soldados israelíes la obligaron a ella, a su hermana Roba, de cuatro años, y a su hermano Qusay, de dos, a permanecer en la habitación. "No nos dejaron salir. Había un soldado en la puerta de la habitación. Le pregunté: ‘¿Dónde está mi mamá?' El soldado hablaba en hebreo y yo no comprendía nada de lo que decía."
Samira contó que cuando finalmente los soldados israelíes se retiraron ella y sus hermanos se desplazaron a rastras a una habitación situada en el extremo este de la casa. "Todavía había tanques en el exterior de nuestra casa y si hubiera salido me habrían visto. Intenté llamar a mi padre utiilzando el celular de mamá, pero no había línea. Levanté la alfombra y vi un trozo de vestido de mi madre. Estaba inmóvil. No se le veía la cabeza".
El señor al Daghma dijo que la familia era más partidaria de Fatah que de Hamas. El funeral lo organizó Fatah y ayer colocaron varios retratos de Arafat en la casa. El ejército israelí ha informado que está investigando el incidente.
El primer ministro israelí Ehud Olmert prometió ayer adoptar “severas medidas” para detener a los militantes de Gaza si continuaban con sus ataques, después de que un israelí de 48 años y padre de cuatro hijos resultara muerto por un morterazo revindicado por Hamas. Oxfam instó a Israel a evitar una crisis sanitaria tras el colapso de la central eléctrica de Gaza, que se ha quedado sin combustible.
Traducido para Rebelión por LB
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