La oposición carga en el pleno de las Cortes contra las "sospechas" de corrupción que cercan al PP y el jefe del Consell anuncia la comparecencia de todos los miembros de su Ejecutivo
J. E. MUNERA VALENCIA Pocas veces han vivido las Cortes Valencianas un ambiente de expectación como el de ayer, en el que la oposición martilleó con fuerza al jefe del Consell y al PP por las "sospechas" de corrupción que les vinculan con la trama investigada por la Fiscalía y el juez Garzón. Desde el PSPV al Compromís, la izquierda preguntó varias veces a Francisco Camps si puede garantizar que no está implicado en la "operación Gürtel" y si asumiría sus responsabilidades en el caso de que resulte imputado por un tribunal. Tranquilo, pero a la defensiva y con continuas repreguntas a la oposición, el jefe del Consell aseguró en el hemiciclo que tiene la "conciencia tranquila" frente a las "insidias" que se vierten en este "proceso de filtración mediática", al tiempo que anunció que todos los miembros de su Gobierno comparecerán a petición propia para responder a cuantas preguntas se les formulen sobre posibles irregularidades en la Administración autonómica.
Pasaban diez minutos de las 10 cuando Camps accedió al parlamento flanqueado por sus dos vicepresidentes, Vicente Rambla y Gerardo Camps, y acompañado del resto del Consell y de la alcaldesa de Valencia. El séquito acabada de cubrir los escasos 300 metros que separan las Cortes del Palau de la Generalitat, donde Camps acababa de desmentir los indicios de delito que le vinculan con la trama corrupta. Nada más acceder al hemiciclo, todos los diputados populares tributaron en pie un aplauso de casi un minuto a su jefe de filas.
La sesión de control al presidente se inició con una pregunta del portavoz popular, Ricardo Costa, sobre los planes de empleo del Consell, pero nadie estuvo ayer pendiente de otra crisis que no fuera la que atenaza al PP por sus vínculos con Orange Market y otras empresas de la trama o las adjudicaciones del conseller Castellano a una constructora de amigos con los que comparte intereses.
De modo que el portavoz socialista, Ángel Luna, empezó por dar un consejo a Camps desde el estrado: "Yo, en su lugar, daría muchas explicaciones" sobre el control de los contratos y adjudicaciones de la Generalitat. En su primera réplica, el jefe del Consell aseguró que en sus 20 años de carrera política no ha hecho otra cosa que "dar explicaciones y trabajar, y de ahí las mayorías absolutas conseguidas". A continuación, acusó a los socialistas de "seguir en el mismo sitio que hace años, sin hablar de la Comunidad" y calificó de "tremendo error" que hayan estado "sembrando sombras de sospecha sobre la Administración".
Más legalista en su segunda intervención, ya centrada en los polémicos contratos adjudicados por el conseller de Gobernación a Construcciones Taroncher, Luna recordó que la ley de Procedimiento Administrativo obliga a las autoridades a abstenerse en adjudicaciones en casos de amistad. "¿Cómo le va a exigir responsabilidad a Serafín Castellano?", preguntó. "No con un cilicio, sino pidiendo su dimisión o destitución", respondió el propio Luna, que calificó de "complicada y sospechosa" la situación de Camps, del que dijo que tiene el mismo problema que Castellano, "amigos, a cuyas bodas asiste y casi a bautizos". Tras referirse a la "falta de control" en la adjudicación de las licencias de televisión digital terrestre (TDT), el portavoz socialista cerró con una comparación: "Me recuerda usted al director de la Orquesta del Titanic; mientras el barco se hunde, usted sigue tocando".
Enojado, aunque sin perder las formas, Camps respondió que quien está bajo sospecha es Luna -"que debe explicar por qué es portavoz sin haber sido elegido por el pueblo"- y le recordó que perdió las elecciones en Alicante "y ahora tiene que liderar como portavoz un partido sin rumbo". A continuación, Camps pronunció unos versos con los que quiso subrayar su "compromiso" con la Comunidad pese a las adversidades.
El siguiente turno fue para el portavoz adjunto socialista, Joaquim Puig, que calificó de "aristotélica" la visión de Camps y criticó el afán de éste de "satanizar al adversario". "Como presidente de todos los valencianos, no me gustaría que fuera usted imputado", añadió Puig, "pero, si lo fuera, ¿asumiría su responsabilidad?".
En este punto, Camps comenzó a responder con preguntas e inquirió al portavoz ajunto del PSPV si creía "de verdad" que el jefe del Consell podrá ser imputado. "Usted, que me conoce personalmente de muchos años, ¿está convencido de que hay dudas sobre mi trabajo?". La misma técnica empleó cuando la portavoz de Compromís, Mónica Oltra, le preguntó si está en condiciones de asegurar que ni el jefe del Consell ni ningún conseller están implicados en la trama. "¿Sabe usted lo que investiga el juez Garzón?", volvió a preguntar Camps. "¿Está usted en condiciones de decir si hay alguna irregularidad? Es muy grave lo que dice".
Rambla entregará los contratos
de promoción
El vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, se comprometió ayer a entregar a la oposición el centenar de contratos adjudicados por la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunitat Valenciana, incluido el de Orange Market por valor de 445.000 euros, una de las empresas investigadas por la Audiencia Nacional. Rambla compareció a petición propia ante la Comisión de Industria, Comercio y Turismo de las Cortes para informar sobre las actividades de la citada Sociedad Gestora entre 2006 y 2008, cuyas facturas y contratos había solicitado la oposición Por su parte, el portavoz socialista del área de Grandes Proyectos, José Camarasa, aseguró que Rambla tan sólo aportó ayer una parte de los contratos suscritos con la firma dirigida por Álvaro Pérez, "el bigotes".
"Un traje mediático y jurídico"
El portavoz adjunto de Compromís, Enric Morera, criticó a Camps por ir a las Cortes a decir "que le han hecho un traje jurídico y mediático" y le preguntó si, en el caso de que resultara implicado, tenía intención de recusar o pedir la inhibición del presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad, Félix de la Rúa, de quien el jefe del Consell se reconoce amigo. En la respuesta, el vicepresidente económico Gerardo Camps se negó a participar de lo que calificó como "fraude parlamentario" porque, a su juicio, la oposición tergiversa el contenido real de las preguntas que presentaron a la sesión de control.
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