miércoles, 25 de junio de 2008
[Behatokia-cast] conclusión del juicio contra gestoras pro amnistía y askatasuna
Ha concluido la vista oral del juicio contra el movimiento vasco
Pro-Amnistía en el que presuntamente se enjuician delitos de pertenencia
a organización armada contra 27 ciudadanos y ciudadanas vascas.
Reconociendo el tribunal que pretende juzgarnos, en su trayectoria
histórica de heredero directo del Tribunal de Orden Público franquista y
hoy en día, en su actuación contra las actividades sociales, políticas,
culturales en nuestro país, Euskal Herria, y en concreto en los
anteriores juicios referentes a las organizaciones juveniles Haika-Segi
y más recientemente el conocido como macrosumario 18/98,
Considerando que en nuestra actividad de denuncia de la represión
siempre ha encontrado un lugar prioritario la actuación de este tribunal
excepcional por su falta de independencia e imparcialidad, por su
desapego a las garantías y principios de derecho, por aplicar no la
justicia, sino por dar mero ropaje jurídico a la venganza política,
Reafirmándonos en que el ejercicio de los derechos políticos –libertad
de expresión, de asociación, de manifestación…- no son negociables,
fiscalizables, sometidos a condición,
Siendo conscientes de que la sentencia contra nosotros y nosotras está
escrita, que ésta es condenatoria y que no dependerá de la actitud que
mantengamos ante dicho tribunal,
En esas condiciones, decidimos renunciar al ejercicio que la defensa
jurídica.
Así, durante dos meses se han reproducido, ante nuestra actitud pasiva
pero respetuosa, las pruebas de las acusaciones; las interpretaciones de
Policías Nacionales y Guardias Civiles que han participado en la
elaboración del sumario, y aceptados por el tribunal como peritos
científicos, objetivos, independientes; la lectura de artículos
aparecidos en prensa, de documentos sobre nuestra actividad, de escuchas
telefónicas relativas a nuestro quehacer diario.
Hemos observado como convidados de piedra como en estas 29 sesiones se
han retorcido los hechos, se han presentado como actos delictivos la
denuncia de la represión y la solidaridad con sus víctimas. Hemos
conocido que éramos miembros de una organización armada, si bien nuestra
actividad es reconocidamente pública y pacífica. Hemos tenido
conocimiento de que cuando llevábamos a cabo la actividad de cualquier
organismo popular –organización de sorteos y rifas, distribución de
carteles, convocatoria de ruedas de prensa y movilizaciones…- seguíamos
en realidad consignas y órdenes de ETA.
Pero con la presentación de las acusaciones, también nos hemos
apercibido, junto con el propio tribunal, de una realidad insoslayable:
la existencia de la tortura, la política penitenciaria de dispersión y
el sufrimiento que esto genera en presos y familiares, la práctica del
terrorismo de Estado, la vulneración de derechos políticos tales como la
libertad de expresión y de asociación, la inexistencia de justicia y
reparación para grandes sectores de la sociedad vasca. Realidad que
siempre viene de la mano cuando se habla de la actividad del movimiento
Pro-amnistía.
Y, ciertamente, hemos podido comprobar que la Audiencia Nacional y las
acusaciones no pueden comprender nuestra decisión libre, nuestra
elección vital de denunciar la violencia del Estado y sostener
propuestas para su erradicación definitiva. No logran entender que no
somos esclavos de nadie y precisamente eso ha hecho que nos involucremos
en cuerpo y alma en una lucha incómoda para el poder, cual es la de la
solidaridad con sus víctimas. No llegan a comprender que es precisamente
la persistencia de la represión la que genera la respuesta
multitudinaria por la amnistía. No entienden este concepto, que se
remite indefectiblemente a la superación de todas las causas que generan
las violencias.
Y por ello, prefieren quitarnos del medio, aumentando la cuota de dolor
y sufrimiento. Generando más presos y presas políticas. Y con ello,
mayores niveles de indignación social y respuesta.
Pero en este último periodo de tiempo también hemos podido escuchar
multitud de voces amigas que se han solidarizado con nosotros y nosotras
y que han querido recoger el testigo de acompañar a quienes sufren la
represión. Organismos de derechos humanos del ámbito nacional e
internacional han alzado la bandera de la necesidad de la denuncia ante
la violencia del estado, frente al muro de la impunidad. Se ha escuchado
con nitidez a quienes, desde sectores académicos, juristas, claman por
la desaparición de la Audiencia Nacional artífice de la interpretación
abusiva del término de terrorismo y de la aplicación de tal vez la más
evidente versión práctica en el mundo del derecho penal de enemigo.
Y una vez visto el juicio para sentencia, preguntamos a quienes no han
podido juzgarnos pero nos impondrán, sin duda, una alta condena: ¿Qué
habéis conseguido? ¿Y ahora qué?
Todas las crónicas referentes a la vista oral disponibles en la página
web www.ehwatch.org
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